Parece que la continuidad en los grandes premios de Mercedes-Benz podría finalizar a partir de 2014. Las expectativas del gigante alemán automotor no se están viendo satisfechas y, por si fuera poco, la situación económica mundial tampoco invita a grandes dispendios, sobre todo cuando no resultan tan rentables como se preveía. Y si la marca opta por abandonar la competición (seguiría centrando todos sus esfuerzos en el DTM) podrían entrar en juego un binomio formado por Schumi y el anterior propietario del equipo, Ross Brawn.
La idea sería que Michael continuara corriendo un año más, precisamente hasta que en 2014 pudiera optar, junto con su actual jefe, a hacerse con la escudería y gestionarla directamente, siempre con el apoyo de la marca de la estrella como proveedor de motores para sus monoplazas. Brawn recuperaría así el control total del equipo que vendió a Mercedes en 2010 (tras quedárselo cuando Honda decidió abandonar) y Schumacher podría dar continuidad a su actividad deportiva como jefe de equipo, sin un volante entre las manos pero poniendo a disposición del proyecto todo su prestigio y experiencia
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